15 - 5.MENTALIDADES Y VIDA COTIDIANA pág. 132
Una falta de ortografía
Faltan las imágenes y el texto asociado
Nota: 6
5. MENTALIDADES Y VIDA COTIDIANA
El liberalismo mostró desde sus comienzos un gran optimismo respecto a la sociedad. Lo liberales creían que, una vez enterradas las jerarquías del Antiguo Régimen, desaparecerían las desigualdades sociales por razón del nacimiento y la nueva sociedad se organizaría según las diferencias «naturales» existentes entre los individuos. Pero, en realidad,la nueva sociedad estaba por construir.
5.1. La ascensión social
Las grandes transformaciones del siglo XIX vendrían a desmentir muchos optimismos. El liberalismo anunciaba que de ahora en adelante los caminos para la promoción social dependerían del talento de cada uno: era teóricamente posible que los pobres se hicieran ricos y que las familias, individuos o grupos ascendieron en la escala social a través de los negocios y de su valía personal. Los que en esta nueva sociedad no lograban superar su posición de partida, demostraban falta de inteligencia o energía, cuando no una mala herencia biológica, que los condenaba sin paliativos a la pobreza o falta de porvenir.
La realidad mostraría, no obstante, que la sociedad de mercado, soporte de la nueva sociedad burguesa, no era paraíso de las oportunidades y que las elites conseguirían mantener sustancialmente cerradas las vías de acceso a sus posiciones.
La ascensión social era en realidad más imaginaria que real, pero era una ideología poderosa, que impregnaba a toda la sociedad.
5.2. La afirmación del individualismo
El liberalismo fue, desde sus orígenes, individualista, y predicaba que los hombres debían aspirar a la libre elección de su destino. Pero entre los jóvenes, las mujeres y las vanguardias intelectuales y artísticas estas aspiraciones fueron tan fuertes que las búsquedas individuales de la identidad propia desembocaron en comportamientos colectivos. Algunos colectivos comenzaron a manifestarse entonces ( sería el caso de las mujeres y de la vanguardia), mientras que otros tardaron algún tiempo en expresarse como tales movimientos ( caso de los jóvenes), pero unos y otros se originaron en el siglo XIX.
La tensión entre lo individual y lo colectivo, como la tensión entre libertad e igualdad que hemos tratado al estudiar las revoluciones, son ambas hijas del siglo XIX y de la ideología liberal.
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Nota: 6
5. MENTALIDADES Y VIDA COTIDIANA
El liberalismo mostró desde sus comienzos un gran optimismo respecto a la sociedad. Lo liberales creían que, una vez enterradas las jerarquías del Antiguo Régimen, desaparecerían las desigualdades sociales por razón del nacimiento y la nueva sociedad se organizaría según las diferencias «naturales» existentes entre los individuos. Pero, en realidad,la nueva sociedad estaba por construir.
5.1. La ascensión social
Las grandes transformaciones del siglo XIX vendrían a desmentir muchos optimismos. El liberalismo anunciaba que de ahora en adelante los caminos para la promoción social dependerían del talento de cada uno: era teóricamente posible que los pobres se hicieran ricos y que las familias, individuos o grupos ascendieron en la escala social a través de los negocios y de su valía personal. Los que en esta nueva sociedad no lograban superar su posición de partida, demostraban falta de inteligencia o energía, cuando no una mala herencia biológica, que los condenaba sin paliativos a la pobreza o falta de porvenir.
La realidad mostraría, no obstante, que la sociedad de mercado, soporte de la nueva sociedad burguesa, no era paraíso de las oportunidades y que las elites conseguirían mantener sustancialmente cerradas las vías de acceso a sus posiciones.
La ascensión social era en realidad más imaginaria que real, pero era una ideología poderosa, que impregnaba a toda la sociedad.
5.2. La afirmación del individualismo
El liberalismo fue, desde sus orígenes, individualista, y predicaba que los hombres debían aspirar a la libre elección de su destino. Pero entre los jóvenes, las mujeres y las vanguardias intelectuales y artísticas estas aspiraciones fueron tan fuertes que las búsquedas individuales de la identidad propia desembocaron en comportamientos colectivos. Algunos colectivos comenzaron a manifestarse entonces ( sería el caso de las mujeres y de la vanguardia), mientras que otros tardaron algún tiempo en expresarse como tales movimientos ( caso de los jóvenes), pero unos y otros se originaron en el siglo XIX.
La tensión entre lo individual y lo colectivo, como la tensión entre libertad e igualdad que hemos tratado al estudiar las revoluciones, son ambas hijas del siglo XIX y de la ideología liberal.
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