5.8. Las Iglesias y la secularización

Una falta de ortografía
Nota: 9

5.8.1. Los factores del cambio

    De todos los cambios en la forma de pensar, el que afectó a la religión fue el más profundo, porque quebró los puntos de referencia del hombre y de su relación con el mundo. En los países en los que se asentaba la sociedad burguesa l religión retrocedía. En los albores de la modernidad, las revoluciones americana y francesa, herederas del racionalismo dieciochesco, habían introducido una ideología y una ética laicas que dejaba de lado, por primera vez en la historia, al cristianismo. La libertad proclamada en las declaraciones de derechos no era compatible con las imposiciones morales de las religiones; la soberanía de la nación no admitía componendas con el poder eclesiástico, que, además, había sido el más firme aliado del Antiguo Régimen.
    Los asalariados también se secularizaron. El desarraigo que imponía la vida en la urbe apartaba a la gente de las creencias de sus mayores y las ideas del progreso científico ponían en duda o negaban las premisas de la religión. La clase trabajadora estaba menos afectada por la religión que cualquier otro núcleo de pobres en la historia del mundo.
    Las nuevas verdades científicas dañaron dos creencias fundamentales de las grandes religiones monoteístas occidentales: la de los orígenes de la especie humana y la de los orígenes de la Biblia. El estudio crítico de la Biblia relativizaba el contenido de los textos sagrados y ponía de manifiesto que no podían ser entendidos independientemente de la época en que fueron escritos (En el Antiguo Testamento, el examen del estilo y del lenguaje cuestionaba la validez de ciertas profecías. En el Nuevo Testamento se observaban contradicciones entre las distintas fuentes evangélicas). Por otra parte, el evolucionismo darwiniano ponía en tela de juicio la tradicional descripción de la Creación.

5.8.2. La reacción de las Iglesias

    Las Iglesias tampoco estaban preparadas para afrontar los nuevos problemas. Durante todo el siglo la Iglesia católica se mostró resistente a la «modernización» y, en medio de aquel mundo en pleno cambio, se esforzaba en definir los dogmas, para separar a los verdaderos católicos de los herejes, y se oponía frontalmente a la razón y al progreso. (En 1859 condenó el darwinismo.) (DOCUMENTO 39)

    En 1854 se había proclamado que la Virgen María había sido concebida sin pecado (Inmaculada Concepción). El papado alimentaba la presencia de lo sobrenatural, de los hechos de santidad, como la devoción a ciertos santos, las apariciones de la Virgen (especialmente la de Lourdes en 1858), las peregrinaciones y las curaciones milagrosas.

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