Obra 1. El quitasol, de Goya
El quitasol es un cuadro de Francisco José de Goya y
Lucientes (1746-1828) realizado en 1777, cuando este tenía 31 años. Esta obra fue
realizada mediante la técnica de óleo sobre lienzo y tiene un formato de 1,04 m × 1,52 m,
por lo que tiene una superficie de 1,5808 m2. Se encuentra actualmente en el
Museo del Prado y forma parte de la serie de cartones para la Real Fábrica de
Tapices de Santa Bárbara; en concreto, para la serie destinada a la decoración
del comedor del infante Carlos, entonces Príncipe de Asturias, en el Palacio
Real de El Pardo.
El quitasol puede clasificarse tanto dentro del estilo
neoclásico como dentro del rococó, ya que cuenta con características tanto de
un estilo como de otro. Las características principales del neoclasicismo, y
que podemos ver reflejadas en el quitasol son: perfección formal, serenidad,
predominio del dibujo, modelos de la escultura clásica, temática moralizante y
ejemplarizante, uso de colores primarios. Los rasgos principales del rococó
son: una elección de colores claros (en especial el blanco), colores luminosos
y suaves, intenta reflejar el aspecto agradable, exótico, sensual y refinado de
las cosas y casi no utiliza los contrastes.
Goya presenta una escena costumbrista muy habitual en la época, aparece una joven
probablemente aristocrática que viste a la moda francesa y que mira
seductoramente al espectador acompañada de un posible criado que le quita el
sol con una sombrilla de color verde. Posee un estilo recargado que expresa el
sentimiento de libertad de la sociedad aristocrática. En el regazo de la joven aparece
un pequeño perrito negro con lazo rojo que parece adormecido. Los personajes
principales serían los dos jóvenes y el secundario el perro, ya que no es tan
importante en el cuadro.
En el fondo aparece un paisaje algo vaporoso en sus colores en
la parte del centro y de la derecha y un muro de piedra en la parte de la
izquierda.
La composición es cerrada, se encuentra entre la pared y el
árbol del parque o paisajes y algo simétrica con la pareja en el centro,
especialmente el joven.
El punto de tensión del cuadro es el rostro de
la joven en la que se centra
nuestra mirada, este rostro se matiza
con tonos verdes reflejo del color de la sombrilla.
En la composición se observa un triángulo que enmarca a la
joven, esta figura geométrica induce
a estabilidad y serenidad.
Se aprecian así
mismo estructuras diagonales como la
mano con el abanico, la línea de la pared que parece prolongarse en el mango de
la sombrilla (paralelo a la mano), estas diagonales se contrarrestan con la
diagonal del árbol como formando una V que enmarca las nubes.
También se distingue compositivamente una forma oval en el rostro de la mujer que
es donde se cruzan dos diagonales determinadas por la dirección de la mirada
del majo y la línea del muro prolongado en el mango de la sombrilla.
En el cuadro tiene una gran relevancia la luz y sus efectos jugando un gran papel la
sombrilla que sirve para matizar y sombrear diferentes zonas mientras que en
otras la fuerte incidencia del sol hace que destaquen los tonos amarillos que
dotan a la escena de gran alegría.
Es un cuadro policromo, en el cual los colores son luminosos
con predominio de los tonos pastel de influencia rococó. Entre otros el amarillo y azul de la joven y el
secundario verde de la sombrilla o más apagados como en la zona matizada por la
sombrilla, los ocres del majo, los contrastes de tonos o los tonos verdosos del cuello de la joven.
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